Amor y enamoramiento: La elección de pareja
- Sandra Rojas Cisneros
- 13 feb 2019
- 3 Min. de lectura
Lo sé, suena extraño hablar de “elección” de pareja, pero les explicaré porqué decidí titular así este artículo.
Las relaciones humanas pueden llegar a ser lo más fácil o lo más complicado del mundo dependiendo de aspectos como:
*Recursos personales: Esas características de mi personalidad y habilidades sociales
*Nuestra educación
*Medio social en el que nos desenvolvemos
*Creencias
*Valores
*Historia de vida
Podríamos hacer una lista muy larga, pero para mí esos son los principales aspectos a considerar en el momento de entablar una relación de pareja formal.
Puede que de manera inconsciente sintamos atracción hacia otra persona, puede que estemos muy enamorados, puede que creamos que es la persona ideal para nosotros; y no requerimos explicación lógica sobre ello, porque así es como nos sentimos en ese momento y no hay necesidad de parar esa montaña rusa de emociones.
Eso, está perfecto, la verdad es que no hay nada más emocionante y placentero que esar enamorado y ser correspondido.
El detalle está en que enamoramiento y amor son cosas muy diferentes:
Enamoramiento:
*Es temporal
*No soy completamente sincero (me arreglo más, cuido no tener errores o defectos, etc.)
*Es más emoción que elección
*Si no puedo ver a mi pareja, siento malestar o intranquilidad
Amor:
*Tiene qué ver con elegir
*Es duradero
*Me muestro transparente, tal cual soy
*Está bien si no puedo ver a mi pareja, el vínculo va más allá de la distancia
Habiendo diferenciado en esto, pasemos a la parte que le da sentido a este artículo: La elección de pareja.
A pesar de que esta elección puede estar motivada por aspectos totalmente inconscientes (por ejemplo, el estar con alguien similar a alguna persona de nuestra historia familiar de vida, como nuestros padres), el hecho de saberte compartiendo tu vida con alguien día a día, debería ser una elección más allegada a la consciencia.
Así que el primer paso para elegir es autoconocerte, saber estar contigo mismo, saber qué esperas de una relación y qué estás dispuesto a aportar y/o “sacrificar”.
Una vez que la etapa de enamoramiento ha terminado y los defectos o verdades de la pareja y nuestros, comienzan a salir a la luz, la convivencia puede tornarse un tanto áspera, pero justo ese es el momento en que el ejercicio de nuestra consciencia debe surtir efecto porque debemos reconocer a nuestra pareja como un ser humano, con defectos y carencias, al igual que nosotros; lo cual no significa que debamos ser conformistas, al contrario, esos defectos siempre son una invitación a trabajar y mejorar.
El ser humano no es perfecto, pero sí perfectible. Y no hay porque intentar “cambiar” a nuestra pareja o permitir que nos quieran cambiar, porque en realidad dicho cambio vendrá por sí mismo si es que mi pareja o yo deseamos hacerlo: es una decisión personal.
Para elegir pareja, lo óptimo es analizar los planes de vida de ambos y observar si son afines o en caso de no ser así, revisar si se pueden adaptar mutuamente. Es decir, hay que analizar si mi pareja y yo estamos dispuestos a aportar y sacrificar en igual medida dentro de la relación.
Otro aspecto importante a considerar son las creencias, no se trata de pensar igual o de creer en lo mismo, sino que en algún punto, las creencias de ambos coincidan en los valores principales.
Además, hay que poner sobre la mesa (de manera explícita) aquello qué estamos esperando de nuestra pareja y saber escuchar lo que se espera de nosotros.
Un punto clave es la comunicación, pero no sólo el “tener comunicación” sino el sentir que podemos comunicarnos abiertamente con nuestra pareja sobre cualquier tema y sin temor a nada.
Hay que ser muy conscientes de que en el momento que decidimos estar en una relación formal de pareja, también estamos asumiendo un compromiso con la otra persona, en donde hay reglas y pactos que deben ser respetados, de lo contrario la misma relación se desgastará y pronto caducará.
No se trata de estar con quien te gusta, te atrae, te escucha o te divierte; se trata de estar con quien pueda ser todo eso y más. Se trata de acompañar y ser acompañado; la presencia se crea y está muy lejos de ser sólo física. Se trata de coincidir y saber estar solos, porque justo la magia viene cuando sabemos estar solos pero aún así elegimos estar con alguien; no porque lo necesitemos sino porque deseamos implicarnos en ese espacio de acompañamiento, con el compromiso que formar parte de ese equipo requiere.
Cuando tenemos una relación de pareja no sólo estamos compartiendo mensajes y presencia, en realidad, estamos compartiendo y encontrando nuestras historias de vida.
“Si te elegí desde mi inconsciente, te sigo eligiendo desde mi consciencia”. <- Eso es el amor.
Sandra.

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