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Cuarentena: Ansiedad y encierro

  • Foto del escritor: Sandra Rojas Cisneros
    Sandra Rojas Cisneros
  • 27 mar 2020
  • 3 Min. de lectura

El encierro de la cuarentena


La dinámica del ser humano se reduce, en escencia, al contacto con el mundo externo: trabajamos, estudiamos, nos ejercitamos, comemos, y practicamente todo lo que hacemos está orientado a proveernos de la posibilidad de desenvolvernos en el afuera.


Desde que llegamos al mundo, dependemos de otros (nuestros padres), y conforme vamos creciendo, esa dependencia se proyecta hacia otros espacios fuera del hogar. En este sentido, llevamos una vida de entrenamiento para estar afuera, así que la cuarentena nos ha obligado a estar en un espacio (paradójicamente) poco conocido y explorado: Nuestro hogar.


La sensación de encierro, no sólo nos limita la noción de libertad, también nos ahoga en nuestra propia compañía y nos hace fantasear con la posibilidad de huir.

Por lo general sabemos a dónde huir cuando nos sentimos asfixiados, pero en esta crisis sanitaria derivada del COVID-19, las opciones son remotas o nulas: El mundo entero se encuentra en caos, en encierro.



Esta sensación de estar encerrados y no contar con opciones para huir, en muchas personas puede llegar a generar crisis de ansiedad.



La ansiedad es cuando nuestras emociones y pensamientos se vuelven excesivos (y obsesivos) haciéndonos sentir altamente vulnerables y generando distintos síntomas que muchas veces interfieren con el curso de nuestra vida cotidiana, algunos ejemplos son:

*Manos sudorosas

*Dolor de cabeza

*Taquicardia

*Dificultad para respirar

*Sensación de intranquilidad

*Dificultad para dormir

*Desesperación y poca capacidad para disfrutar

*Miedo (a veces, ataques de pánico)


En ocasiones, podemos confundir la ansiedad con el estrés, si bien en algunos casos están relacionadas, no siempre es así.


Así como aprendimos a crear una vida dedicada al afuera, es importante aprovechar este tiempo de caos e incomodidad para conocer y contactar con lo de adentro (nuestro hogar, nuestras relaciones, nuestro autoconocimiento...).


Quienes más sufren el encierro, suelen ser aquellos con dificultad para estar consigo mismos y c

on quienes les rodean (el mundo exterior les representa la distracción de su propia compañía); así que vayamos más allá de lo evidente y tratemos de contactar con eso que nos complica el encierro pues todos, en mayor o menor grado, deseamos pronto poder salir.


Simbólicamente, este encierro podría representar la soñada posibilidad de volver al origen: El nirvana. Pero esta posibilidad se ve nublada por la incomodidad que experimentamos ante la simple idea de no volver a salir. Entonces el encierro pasa de ser la posibilidad del bello nirvana a la alianza entre la necesidad de huir y la incomodidad de estar conmigo.


*Consejos para ganarle al encierro:

Si presentas síntomas de ansiedad, es importante redirigir la atención hacia algo que no sea eso que te ha estado dando vueltas en la mente. Para ello, puedes hacer distintas cosas como:

*Ejercicios de respiración (siempre recomiendo círculos de 4 tiempos: inhala 4 segundos, sostén el aire otros 4, exhala durante 4 segundos y quédate vacía/o durante otros 4; comienza de nuevo), mientras haces los ejercicios lleva la cuenta y observa las sensaciones de tu cuerpo (en dónde sientes molestia, qué te gusta o disgusta, etc.)


*Realiza alguna actividad que te genere placer: Ve tu serie favorita, colorea, pinta, baila, juega videojuegos…

*Define horarios específicos para ponerte al día con las noticias, procura que no sea más de una hora, es importante no saturar tu mente pues por sí misma ya está haciendo trabajo extra sin descanso.

*Se responsable, sigue las indicaciones oficiales para prevenir el contagio.

*No consumas noticias de cualquier portal, asegúrate que sean de fuentes confiables.

*Revisa tus relaciones interpersonales, cuáles son tus áreas de oportunidad y qué cambios te gustaría hacer.

*Mejora tu comunicación: Comienza contigo poniendo atención a tu diálogo interno y poco a poco pasa a observar de qué manera te comunicas (o no) con quienes te rodean.

*Trata de aprender algo nuevo, mantener la mente enfocada en algo que le resulta atractivo ayuda a contrarrestar el malestar.


Recuerda que es una etapa de caos mundial; el caos suele ser la primera piedra que edifica los cambios importantes, así que aprovecha este tiempo, incluso agradécelo porque es el mejor momento para tu desarrollo personal, desde adentro, desde casa.


El encierro no es lo mismo que estar preso; en uno la libertad se vive desde el hogar, en otro el hogar es sinónimo de cárcel. Identifica cuál es tu sensación al estar en casa, recuerda que este debería ser tu lugar seguro, así que si no te provee de esa sensación ¿qué debe cambiar?


El tiempo de encierro pasará, no será para siempre, el mundo necesita un respiro de nosotros y nosotros de él; aprendamos a parar y aprovechar la oportunidad de hacerlo.


Psic. Sandra Rojas Cisneros

 
 
 

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